lunes, 1 de abril de 2013

Desajustes entre formación y empleo en el ámbito de las enseñanzas técnicas universitarias: la visión de los empleadores de la Com. de Madrid

Según la OCDE y la UE la formación de la población resulta un elemento clave para mantener y mejorar el bienestar social y la prosperidad económica de los países. Como consecuencia de ello, la UE ha puesto en marcha el EEES con idea de que la educación superior constituya un factor decisivo en la implantación y desarrollo de la sociedad del conocimiento y, por consiguiente, en el aumento de la calidad de vida de los ciudadanos europeos. En este sentido, una de las importantes misiones de la universidad es proporcionar a sus estudiantes una formación suficiente y de calidad, que garantice su competitividad y su adecuada inserción laboral en el mercado de trabajo, lo que lleva a preguntarnos qué hace hoy en día que un titulado universitario sea competitivo en el mundo laboral. El mercado de trabajo actualmente ya no se rige en función de la oferta de empleos por ocupaciones y profesiones (abogados, médicos, ingenieros, maestros, economistas, farmacéuticos, etc.) sino que, cada vez más, se estructura en torno a perfiles y funciones: técnico, comercial, gestión, calidad, recursos humanos, producción, administración, prevención de riesgos, etc. Por ello, se espera que la educación superior proporcione a los estudiantes no sólo conocimientos teórico-prácticos de acuerdo con su titulación, sino también habilidades o competencias adecuadas para el desarrollo profesional que, además, permitan una flexibilidad y adaptación a un entorno económico y laboral en constante cambio.

Hay estudios que demuestran que la velocidad con la que los universitarios aprenden a desarrollar su trabajo en el mercado laboral, depende del nivel y del tipo de competencias adquiridas a lo largo de su paso por la educación reglada, es decir, de la formación que adquieren en la universidad. Todo ello surgido inicialmente también de la necesidad de implantar el conocido como Plan Bolonia, ha hecho que la mayoría de universidades se pregunten acerca de la formación que están dando a sus estudiantes y de si ésta se adecúa a las actuales necesidades del mercado laboral. Los estudios realizados por investigadores o instituciones, que han empezado a proliferar desde entonces, se han llevado a cabo principalmente a través de encuestas dirigidas a los propios universitarios años después de acabar su carrera. Menos habituales son los estudios o investigaciones sobre las competencias y habilidades demandadas por el mercado laboral basadas en encuestas dirigidas a las empresas que contratan a los recién titulados. 

En nuestro trabajo hemos buscado conocer de forma directa la opinión de los empleadores sobre el nivel de importancia que asignan a las competencias genéricas y específicas de un universitario, los desajustes que observan entre formación y empleo, y, en definitiva, la valoración global que hacen de la preparación con la que éstos acceden al mercado de trabajo. Además, hemos tratado  de identificar las condiciones que ha de poseer el titulado ideal en Enseñanzas Técnicas, analizando diferencias por  tamaño de empresa, especialidad, ciclo de estudios (técnico o superior) y universidad de procedencia (pública o privada). Para ello se encuestaron 564 empresas de la Comunidad de Madrid y se realizaron entrevistas en profundidad semidirigidas a 9 directivos y/o responsables de RRHH del sector químico, informático y de telecomunicaciones.

Autores: Mónica Martín del Peso, Ana Belén Rabadán Gómez, Julio Hernández March
Universidad Rey Juan Carlos. Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Madrid. España.

Para más información: 
Artículo Revista de Educación: http://www.mecd.gob.es/revista-de-educacion

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